La jueza Nubia Vera ha desempeñado un papel crucial en la reciente controversia política en Ecuador al restituir en su cargo a la vicepresidenta Verónica Abad. Abad había sido suspendida por 150 días sin sueldo por el Ministerio de Trabajo, acusada de una falta disciplinaria grave al no acatar una orden de abandonar Israel por razones de seguridad. La jueza Vera consideró que esta suspensión violaba los derechos constitucionales de Abad y ordenó su anulación, además de exigir una disculpa pública por parte de la ministra de Trabajo.
Tras emitir su fallo, la jueza Vera denunció haber recibido amenazas y presiones para que dictara una sentencia contraria. Señaló directamente al presidente del Consejo de la Judicatura, Mario Godoy, y a otros funcionarios de intentar coaccionarla, advirtiéndole sobre una posible destitución si no fallaba en contra de Abad.
Estas denuncias han llevado a que la Asamblea Nacional convoque tanto a la jueza Vera como al presidente del Consejo de la Judicatura para que expliquen la situación y se investiguen las posibles presiones ejercidas sobre la independencia judicial.
La valentía de la jueza Nubia Vera al exponer estas presiones y amenazas refleja su compromiso con la justicia y la transparencia en el país. Su decisión de hacer públicas estas coacciones demuestra una firmeza admirable en defensa de la independencia judicial y los principios democráticos.